La trufa de verano
La trufa de verano, se cría en montes mediterráneos y es muy común en España, Francia e Italia. Se encuentra enterrada a menor profundidad, pudiéndose observar montículos, ya que puede levantar el suelo o incluso asomar la superficie. Pero eso sí, es necesario la presencia de perros para su localización.
Se desarrolla en suelos más compactos, arcillosos y menos permeables. Principalmente se asocia con la encina, quejigo, coscoja y avellano. Su mejor momento de maduración va de finales de junio hasta principios de agosto y una vez extraída, tiene una vida de una semana aproximadamente.
Su aspecto exterior, es similar a la trufa negra, pero las verrugas son más pronunciadas y su interior es de color marrón claro, como la vainilla y con estrías blancas cuando madura. Al principio su olor es suave y agradable, diríamos que es menos penetrante que la trufa negra, y su sabor nos recuerda a los frutos secos.
Esta trufa es muy versátil y la podéis usarla con carnes o pescados, con pasta o en platos más veraniegos como las ensaladas. También laminadas y con un chorro de aceite de oliva virgen y un poco de sal están deliciosas. Nuestra recomendación es consumirlas en fresco, ya que es así como podréis apreciar más su sabor.
En Aboiz nos encanta incorporarla en nuestros platos y como siempre os animamos a que vosotros también probéis, ya que no es tan cara como la negra.