La casquería, un manjar
Cada vez que nombramos la palabra casquería, se nos cambia la cara, ya que aunque son alimentos humildes y de toda la vida no estamos acostumbrados a introducirlos en nuestro día a día. Eso sí, también hay que decir que al igual que algun@s les producen el mayor de los rechazos, a l@s que les gusta de verdad son verdaderos amantes de estos platos.
En castilla o Madrid es tradición una buena cazuela de callos o cualquier fritura de morros o gallinejas, pero en general hasta que no hemos comenzado a ver a los chefs de Estrella Michelin o en los programas culinarios de moda hacer platos con estos llamados “despojos”, no se nos ha empezado a pasar por la cabeza que puede llegar a ser un auténtico manjar.
Si vosotr@s también os atrevéis a introducirlos en vuestra cocina, os vamos a dar unos cuantos consejos a tener en cuenta:
- 1. Comprar en un sitio de confianza y que nos garantice que el producto es fresco y de calidad
- 2. Darle el mejor tratamiento a la hora de prepararlo
- 3. Saber diferenciar entre la casquería roja y blanca, ya que requiere una limpieza previa exhaustiva y diferente
- 4. Y tiempo, mucho tiempo, porque son productos que necesitan horas de cocción
En general, cada producto tiene su secreto a la hora de elaborarlo, es por eso que hay que trabajarlo con seguridad.
Os animamos a que os informéis un poco más, muchas veces preguntado en casa, ya que siempre hay alguna receta de nuestras abuelas guardadas para poder introducirla en nuestro recetario y si no os atrevéis, como siempre os invitamos a Aboiz para así vuestro paladar empiece poco a poco a acostumbrarse a estos platos.