• Restaurante Aboiz 03
  • Restaurante Aboiz 04
  • Restaurante Aboiz 02
  • Restaurante Aboiz 01

Los secretos de la croqueta perfecta

la croqueta perfecta

¿Quién no ha dicho alguna vez eso de…..las de mi madre son mejores que las tuyas? Y da igual si son de jamón, bacalao, huevo, pollo….a todos nos encantan y es imposible resistirse a un bocado que ha de ser, crujiente por fuera y cremosa por dentro. Sin embargo y, aunque parezca sencillo a priori, las adoradas croquetas requieren de un mimo especial desde que preparamos la bechamel hasta que las freímos.

1. Una vez hayamos derretido la mantequilla, debemos dejar que la harina y la misma mantequilla cojan un poco de calor mientras las mezclamos, sin llegar al punto de quemar la harina, sobre todo para evitar que nuestra bechamel sepa a harina cruda.

2. No debemos usar la leche fría de la nevera. Si no la tenemos a temperatura ambiente, lo mejor es que la atemperemos al fuego en otra cazuela. Añadiremos primero un poco de esa leche tibia sobre la harina mezclada con la mantequilla y, empleando una cuchara de madera, eliminaremos los primeros grumos más grandes.

3. Verteremos el resto de nuestra leche tibia y aquí comienza el mimo. Debemos remover sin parar, a ritmo suave pero constante y a fuego medio para que nuestra bechamel quede cremosa. No estará lista hasta que, una vez haya espesado, se desprenda con facilidad de los bordes de la cazuela.

4. Enfriamos nuestra masa e incluso podemos congelarla antes de preparar las bolitas, lo que nos ayudará, si nos ha quedado algo más líquida, a trabajar mejor la masa.

5. El rebozado. Si pasamos la masa primero por la harina debemos tener en cuenta que la humedad de la croqueta hará que absorba toda la harina y nuestra croqueta no quedará tan crujiente, así que lo mejor es hacer un doble rebozado con pan rayado. Así, pasamos la masa por pan rayado, luego por huevo y de nuevo por pan rayado.

6. Es común que al freírlas se nos abran por la mitad y estropeen todo el trabajo realizado. Lo mejor, hacerlo en un cazo pequeño o freidora que las cubra por completo. Es recomendable hacerlo de pocas en pocas cantidades para evitar que al echar muchas croquetas en nuestro aceite, este se enfríe y perdamos la temperatura óptima.

Una vez fritas y quitado el exceso de aceite, solo nos queda disfrutar de un manjar que gusta a todos. On egin!